
- ¿Cómo te ganas la vida exactamente?
- Soy John Dillinger, robo bancos. Es donde toda esta gente guarda su dinero.
- ¿Por qué me cuentas eso? No sé, podrías haberte inventado algo.
- No pienso mentirte.
- Eso es muy grave para decírselo a alguien a quien acabas de conocer.
- Te conozco.
- Pues yo a ti no. Yo no he viajado apenas.
- He estado en sitios no muy agradables. Allá a donde voy, está mucho mejor. ¿Quieres venir conmigo?
- ¡Vaya, vas muy deprisa!
- Si vieras lo mismo que yo también tendrías prisa.
- Bueno, esta vez es a mí a quien miran.
- Eres preciosa.
- Me miran porque no están acostumbrados a ver en su restaurante a chicas con vestidos de tres dolares.
- Escucha, nena. A ellos sólo les importa de dónde viene la gente. Lo realmente importante es a dónde va.
- ¿Y tú a dónde vas?
- A donde quiera.