lunes, 3 de octubre de 2011

London, part IV.

Quiero acabar ya. ¿Terminaré algún día de narrar mis aventuras inglesas? Porque cansa. Cansa mucho. Me autocanso. Veamos, día... ¿en qué día estamos, cojones? Cuarto, parece. Sí, cuarto. Y sino qué más dará. Estoy con fiebre. Ahora digo, no allí. Entendido, bien.

Cojamos el metro, sin parada. Bien, a ver qué nos depara el día. Y entonces te giras y ves ese magnífico mapa en el transporte público. Emoción. Mira, mira, sin quererlo hemos encontrado el Museo de Historia Natural que tanto estábamos buscando. Ah, si es que con sólo oir el nombre recuerdo esa magnífica infancia viendo todas las tardes en el sofá esa película en la que no paraban de nombrar este museo. No recuerdo el nombre, qué más da.

Cola. Mucha cosa. Muchísima cola. Y comienza el viaje. Madre mía, esto es eterno, fantástico. Si se visita un museo se visita bien. Vasca, lee todas las descripciones. Ah, orgasmos con estos dinosaurios. Magnífico, espectacular. Lo que hubiera dado por vivir en esa época. Pero claro, llega un momento en el que no se puede leer todo. Jugar. Vamos a jugar cual niños pequeños. Una carrera de esperma. Genial. ¿Puedo hacer un dibujo? Fantástico. ¿Y lo colgarán? ¿Cuántos años tienes? 19. ¿Y mentales? Bah, déjame, es un dibujo espectacular. Venga, vámonos, son las 17h, llevamos desde primera hora, sin comer, sin... Mareos.

UK.

Ahora a donde nos lleve la corriente... Río arriba, río abajo. Metro a un lado, metro al otro. St. James's Park. ¡Mira una ardilla! ¡Mira otra! ¡Mira! Tía, que no las vas a engañar con cacahuetes vacíos... ¡ME HA TOCADO! Y, de esta forma, me hice amiga de una ardilla a la que llamé Squirtle. ¿Qué os parece? Fue amor a primera vista. Caminando, caminando. Buckingham Palace. La vasca dice: "Vaya vida más triste la de estos guardas". Y un hombre a su lado, en perfecto castellano: "¿Qué has hecho hoy, mi vida? Nada, estar quieto". Inquietante, sobrenatural, divino. Mira cómo los imito. Y ahora... ¡Jodamos fotos a los turistas! La mano arriba, cintura sola... No, no, sólo la mano arriba.

UK.

En la próxima entrada acabo. Lo juro. Lo prometo. En la próxima entrada os cuento cómo sobreviví en tierras enemigas paseando mi amor por Fernando Alonso en un día de carrera.


To be continued...

No hay comentarios:

Publicar un comentario