En unas horas estaremos en un nuevo año. Como es habitual en este día, no podía faltar un resumen de lo que ha sido el 2009.
Sin duda alguna, el 2009 ha sido uno de los mejores años para mí. Ha habido momentos buenos y momentos malos, pero ninguno lo cambio por nada. Gracias a esos momentos malos he aprendido a superar problemas, a no tirar nunca la toalla, a luchar por lo que se quiere, a poner una sonrisa incluso en los peores momentos. Sí, porque esos momentos son muy duros, pero, sin duda alguna, te ayudan a formarte como persona. Es por esa razón por la que no los cambio por nada, ya que me han enseñado a crecer. Por otra parte están los momentos buenos, aunque yo no los llamaría así... han sido mucho más. Aunque ha habido momentos buenos en la primera mitad del año, ha sido en la segunda mitad cuando todo ha ido perfecto. Si tengo que hacer mención de algún día en concreto es del 1 de agosto. Ese día en el que pisé mi tierra tras un año. Ese día que sentí algo especial cuando vi paisajes conocidos a través de la ventanilla de un coche. Esos días en los que cambié mi mentalidad. Ahí sucedió un cambio, el inicio de todo.
Y todo inicio tiene una continuación, y sucedió apenas un mes después, un 4 de septiembre, día en el cual conocí a gran parte de mis ídolos. Esas personas que me hacen reir, llorar, gritar, saltar, cantar, indignarme, pasarlo mal, alegrarme, pasarlo aún mejor... Esas grandes personas que salen en la televisión, en los periódicos, revistas... Esas grandes personas que me hacen soñar. Pero no era un sueño, no, los tenía delante, tocándolos, sintiéndolos, llorando con ellos, recibiendo sonrisas... El 5 de septiembre fue sin duda el fin de uno de los mejores fines de semana de mi vida. Por segunda vez (la primera había sido el día anterior) pisaba un estadio de fútbol y era para verlos a ellos, a La Roja, a mi Selección. Por fin gritaba con la afición, por fin saltaba con esos goles, por fin me dejaba la garganta, por fin...
¿Otra fecha para recordar? 19 y 20 de septiembre. Conocí por fin a cierta personaja, y fue ella la que ayudó a que mi sueño se volviera a cumplir. Esta vez no fui al aeropuerto a ver a la Selección. Esta vez fui al aeropuerto y al estadio a verlos a ellos, a mi Valencia. A ese equipo que de pequeña me maravillaba. A ese equipo que me ha dado tantos y tantos momentos. Y sabía que eran grandes, pero juro que nunca pensé que lo serían tanto. La humildad que tienen estos jugadores no se puede describir. Son grandes futbolistas, sin duda, pero por encima de todo son grandes personas... grandes personas que dan todo por su afición. Mil y una cosa podría decir de ellos, de los que me han hecho soñar, pero ninguna les haría justicia.
Dentro de unas horas se pone fin a este año. El año en que aprendí que con deseo, con paciencia, con valor y con fe todo puede ser posible. El año en que descubrí que los sueños sí pueden cumplirse.
Dentro de unas horas comienza un nuevo año. Un nuevo año que espero que os traiga lo mejor. Tengo muchas esperanzas puestas en este año y en los acontecimientos que se pueden dar. Y sé, que de nuevo volverá a ser un grandísimo año. Sólo hay que desearlo.
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