Llevaba esperando este fin de semana hace mucho tiempo. Me he llegado a imaginar miles de cosas, pero ninguna de ellas se ha llegado a aproximar. Estos días han sido de leyenda, de lo mejor, y sí, no niego que haya habido momentos indignantes, pero sin duda los buenos no los cambio por nada.
El jueves sobre las 12 de la noche, Esther llegó a la estación de tren, y ahí estaba yo para recibirla. Llegamos a casa, me dio algunos regalillos (bufanda del vcf y un llavero de Alonso), hablamos un ratejo largo y nos acostamos. El viernes decidí no ir a clases, ya que he acabado todos los exámenes y quería pasar todo el día con ella. Aún así nos levantamos sobre las 7 de mañana para hacer algunas cosillas, vimos dos capítulos de One Tree Hill, dimos vueltas por el pueblo, compramos algo para cenar y esas cosillas. Nada muy interesante pero nada aburrido. Por la tarde cogimos un bus para dirigirnos a Riazor. Lo malo es que la estación de buses está lejos del estadio, y yo no me conozco mucho esta ciudad, así que tuvimos que preguntar a varias personas. Tras varias pérdidas pero grandes momentos, llegamos al estadio. Habíamos quedado con dos chicas y como aún no habían llegado, dimos alguna vuelta por la zona de deportes del Corte Inglés (en la cual debo decir que no había nada del Valencia). Cuando llegaron compramos las entradas y luego fuimos a tomar algo a un bar. Tras un largo rato hablando nos dirigimos a la estación de autobuses, no sin antes perdernos varias veces (para no perder la costumbre). Hicimos varias cosillas y planeamos el día del sábado.
El sábado me desperté sobre las 10 ya que los nervios ya hicieron su aparición. Llegaba el momento. Me levanté sobre las 12 porque hacía muchísimo frío y sobre la 1 se levantó Esthercilla (se indignó bastante por no haberla despertado para disfrutar del dia xDD). Tras indignarnos un poquillo tras ver que ni Marchena ni Pablo estaban convocados para el partido por lesión (de Silva, Navarro, Mathieu ni hablo porque ya lo teníamos asumido) empezamos a planear la tarde y a ponernos nerviosa. Comimos y como no sabíamos ni qué hacer ni tampoco nos daba demasiado tiempo, pasamos un rato sacando fotos chorras xDD... Sobre las 17:30 salimos de casa. En dos horas ocurriría todo y no podíamos estar más nerviosas. Tras una larga caminata al aeropuerto, por fin llegamos. Había sólo dos chicos que venían a ver al Valencia. Luego empezó a llegar más gente y cuando ya no quedaba apenas nada, nos colocamos en el lugar por el cual iban a salir (la gente se nos coló muchísimo y se colocaron en una barandilla, nosotras nos colocamos justo por donde tenían que pasar y donde no había nadie, ya que todos pensábamos que ahí no se podía estar, pero sí). La puerta se abrió y apareció César. Obviamente no hace falta ni que diga que la mayoría de los presentes iban sólo por ver a Villa... César iba a lo suyo y con mi emoción lo llamé tan bajo que el pobre no me escuchó. Mis nervios no podían ser más, pero había prometido ni llorar ni gritar, y así lo hice. Salió Bruno, pasó por mi lado y cuando ya estaba bastante adelantado, lo llamé. El chaval se giró, me sonrió y volvió hacia mí. Me firmó y foto, muy adorable. Salieron Maduro, Fernandes, Alexis (con el pobre tuve un momento 'tierra trágame' ya que la foto no salió pero él se rio), Isco (al cual le deseamos suerte. Estaba muy nervioso porque era la primera vez que estaba convocado y nos soltó una de sus mayores sonrisas), Zigic (por si alguien no lo sabe, este delantero adorable mide más de dos metros y al ir a sacarme la foto con él y el pobre ver que mi brazo no llegaba muy alto, se agachó y salió muy sonriente), etc. Cuando salió Mata (creo que no hace falta que os diga que lo amo xD) todo el aeropuerto estaba en silencio y Esther gritó "Noe, que viene Mata", lo arrastró junto a mí (Juan parece que estaba bastante cortado) y nos sacó una foto (L). Me firmó y tonta de mí, en vez de preguntarle qué tal iba de sus abductores, ya que el pobre está medio jodido, le solté un "qué ojos más bonitos tienes"... eso sí, me dirigió esa mirada tan perfecta y junto a un gracias me sonrió. Llegó Villa y a gente se empezó a alborotar. Nos juntamos a él, autógrafo (el momento en el que me iba a firmar salió en Superdeporte), foto, le pedimos que se hiciera twitter... muy adorable. La gente empezó a perseguirle y justo salió Unai Emery. Me acerqué a este gran vasco y le pedí una foto. Me dijo que por supuesto que sí pero se puso a hablar dos segundos, dos, ni más ni menos, con un utillero y cuando acabó, se giró, me pasó el brazo por el hombre, sonriente y me dijo: "Perdona, de verdad, que te he dejado abandonada". Imaginaos mi cara .__. La que le tenía que pedir perdón era yo, qué majete, por favor. Luego se meterieron en el bus y al hotel. Conocí a gente muy maja allí. Y descubrí que estos grandes futbolistas no sólo son eso, sino que son grandísimas personas y de lo más humilde que existe.
El domingo nos levantamos antes de las 8 de la mañana y fuimos al hotel donde se alojaban. Estuvimos con una chica majísima que habíamos conocido en el aeropuerto. Llevábamos más de una hora chupando frío cuando vemos en el hall del hotel a Joaquín. Nos acercamos a la puerta y le preguntamos si podíamos pasar. Con una de sus mayores sonrisas nos dijo que por supuesto. Le pedimos una foto, se las hizo muy sonriente y con ese acentazo que tiene nos dijo que hacía muchísimo frío por aquí y eso. Pero el momentazo fue el "Chiquillas, marcharse de aquí que vais acoger un constipado" (que lo he hecho, hay que decirlo) y el "Los demás han bajado a desayunar y se han vuelto a acostar". De verdad, es súper majo y oirle hablar en vivo no tiene precio (L) En total estuvimos en el hotel 7 horas y media, sólo yéndonos para comer algo. Sobre las 19:30 salieron del hotel, pero nos hicieron la putada más grande que existe los del hotel poniéndonos un cordón policial, bloqueándonos las puertas y eso... cuando salieron se nos colocó a nosotras dos un segurata delante. Cuando se acercó Juan a firmarnos y eso, el segurata nos empujó. Imaginaos nuestra indignación, y sí, reconozco que lloré, pero no de la emoción ni nada, sino de la impotencia y del cabreo que tenía, porque al mediodía también había visto a Villa y Mata en la cafetería a través de un cristal, ahora eso, y que nos jodan los del hotel o unos seguratas de esa forma... En fin, pillamos un taxi y al estadio corriendo. Empezó el partido y estuvimos animando. No vi practicamente a ningún che, y los insultos a los jugadores del Valencia fueron numerosos, tipo "hijos de puta, ojalá os partais las piernas, mamonazos de mierda..." y derivados, pero bueno. Quedaron en un empate, pero yo no puedo estar más orgullosa de mis chicos.
Y esta es la crónica de mi fin de semana. Está todo muy resumido, pero hay grandes anécdotas y desde luego no cambio estos momentos por nada.
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