Parón de película (Megavideo en mi pueblo. ¿Qué pueblo, señor?), parón de exámenes y aprovechando para desvariar/escribir. Sólo decir que me encanta esta bipolaridad que siento en épocas de exámenes: ahora apruebo, ahora no apruebo, ahora me saco la carrera en cuatro años, ahora no me la saco ni en veinte, ahora soy gilipollas, y ahora también soy gilipollas. Bueno, no, en realidad no me gusta esta bipolaridad. Bueno, a ratos quizás. A ratos también mola poner la música a tope, hasta reventar los altavoces, tumbarte en el suelo y sentir todo. ¿A ratos?
Sólo añadir que los diecinueve años son... ¿igual? Maldita infancia en la que todo era bonito y distinto. Cumplir años en enero es una mierdecilla (una puta broma/mentira/mierda/caca, hablando claramente, queridos). He aquí las razones:
Punto number one: siempre, absolutamente siempre, recibirás menos regalos, a pesar de lo que la gente diga (hijos de puta, aunque cumplais en julio también recibís regalos, ¿no? Sólo que no se os acumulan). Excusa de la crisis (incluso antes de que entráramos en ella. Oh, qué familia tan adivina tengo, que no divina. Bueno, eso también).
Punto number two: nunca, absolutamente nunca, te van a regalar lo que quieres. O no lo encuentran o no tienen tiempo, porque claro, párate a pensar que entre que piensan el regalo de Navidades, el de Reyes y el del cumpleaños... Nada, nada, no se puede. En serio es tan difícil de encontrar/pedir una camiseta de Marchena del Valencia. ¿EN SERIO? (Por cierto, querido, prepárate porque voy a ir a llorarte un poco cuando vayas a Coruña, que no puedo más con esta angustia).
Punto number three: llegas a una edad en la que ya no recibes nada o, en su defecto, sólo recibes maquillaje, perfumes, secadores, planchas. Perdona, ¿me ves cara de cuidarme? No, pues gracias.
Punto number four: el más interesante y decepcionante. ¿Queréis saber cómo me enteré de que los Reyes son quienes son (niños, los Reyes son los mejores)? Un miembro de mi familia me regaló un pantalón de chándal por los Reyes y la sudadera por el cumpleaños. Mi cara de: "Oh, wait, qué casualidad, ¿cómo lo has sabido?" Maldita sea.
Punto number five: enero molaba, hasta que te conviertes en una universitaria.
Megavideo dice que ya puedo seguir viendo la película. Necesito unas jodidas vacaciones. También necesito un poco más de surrealismo en mi vida, que en estas dos semanas he estado un poco desaparecida de más. Chuteeeeeeeeeees. Y qué mal sientan las siestas, dios santo. Santiago de Compostela, yo te maldigo. Sólo un poquito, porque en el fondo me estás empezando a caer bien.
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