domingo, 30 de enero de 2011

Hoy, como siempre.



Qué ironía, ¿verdad? Él y ella. Ella y él. Dos polos opuestos. Dos adolescentes de diferentes sectores de la sociedad. Él empezó todo. Ella cayó. Ella terminó todo. Él cayó. Ahora los papeles han cambiado. Aunque intentan ocultarlo, juegan con fuego. Ella llora, le llama y él acude en su ayuda. Él está hundido, se lo cuenta y ella no le deja caer. Y dejan pasar el tiempo, lo dejan correr, marcharse. No son conscientes de que la vida es corta. Ni siquiera cuando se encuentran ahí, con Eros de fondo. Y promesas, miles de promesas. Caricias en la distancia, palabras no dichas. Planes de futuro. Pero los kilómetros se eliminan y ellos no hacen nada por hacer realidad lo evidente, porque, al fin y al cabo, se aman.

sábado, 22 de enero de 2011

Te amaré por siempre.


Yo viajo en el tiempo... De hecho, tú y yo somos amigos en el futuro,
cuando tú ya eres todo una señorita.

viernes, 21 de enero de 2011

Hola caracola.

Parón de película (Megavideo en mi pueblo. ¿Qué pueblo, señor?), parón de exámenes y aprovechando para desvariar/escribir. Sólo decir que me encanta esta bipolaridad que siento en épocas de exámenes: ahora apruebo, ahora no apruebo, ahora me saco la carrera en cuatro años, ahora no me la saco ni en veinte, ahora soy gilipollas, y ahora también soy gilipollas. Bueno, no, en realidad no me gusta esta bipolaridad. Bueno, a ratos quizás. A ratos también mola poner la música a tope, hasta reventar los altavoces, tumbarte en el suelo y sentir todo. ¿A ratos?

Sólo añadir que los diecinueve años son... ¿igual? Maldita infancia en la que todo era bonito y distinto. Cumplir años en enero es una mierdecilla (una puta broma/mentira/mierda/caca, hablando claramente, queridos). He aquí las razones:

Punto number one: siempre, absolutamente siempre, recibirás menos regalos, a pesar de lo que la gente diga (hijos de puta, aunque cumplais en julio también recibís regalos, ¿no? Sólo que no se os acumulan). Excusa de la crisis (incluso antes de que entráramos en ella. Oh, qué familia tan adivina tengo, que no divina. Bueno, eso también).
Punto number two: nunca, absolutamente nunca, te van a regalar lo que quieres. O no lo encuentran o no tienen tiempo, porque claro, párate a pensar que entre que piensan el regalo de Navidades, el de Reyes y el del cumpleaños... Nada, nada, no se puede. En serio es tan difícil de encontrar/pedir una camiseta de Marchena del Valencia. ¿EN SERIO? (Por cierto, querido, prepárate porque voy a ir a llorarte un poco cuando vayas a Coruña, que no puedo más con esta angustia).
Punto number three: llegas a una edad en la que ya no recibes nada o, en su defecto, sólo recibes maquillaje, perfumes, secadores, planchas. Perdona, ¿me ves cara de cuidarme? No, pues gracias.
Punto number four: el más interesante y decepcionante. ¿Queréis saber cómo me enteré de que los Reyes son quienes son (niños, los Reyes son los mejores)? Un miembro de mi familia me regaló un pantalón de chándal por los Reyes y la sudadera por el cumpleaños. Mi cara de: "Oh, wait, qué casualidad, ¿cómo lo has sabido?" Maldita sea.
Punto number five: enero molaba, hasta que te conviertes en una universitaria.

Megavideo dice que ya puedo seguir viendo la película. Necesito unas jodidas vacaciones. También necesito un poco más de surrealismo en mi vida, que en estas dos semanas he estado un poco desaparecida de más. Chuteeeeeeeeeees. Y qué mal sientan las siestas, dios santo. Santiago de Compostela, yo te maldigo. Sólo un poquito, porque en el fondo me estás empezando a caer bien.

domingo, 9 de enero de 2011

August Rush.

Sometimes the world tries ot knock it out of you.
But I believe in music the way that some people believe in fairy tales. I like
to imagine that what I hear came from my mother and father. Maybe the notes I
hear, are the same ones they heard, the night they met. Maybe thats how they
found each other. Maybe thats how they'll find me. I believe that once upon a
time, long ago, they heard the music and followed it.
You never quit on your music. No matter what happens. Because anytime something
bad happens to you, thats the one place you can escape to and just let it go. I
learned it the hard way. And anyway, look at me. Nothing bad's gonna happen. You
gotta have a little faith.

sábado, 8 de enero de 2011

In celebration.


Quizás es una entrada friki. Quizás es una entrada de una adolescente hormonada. O quizás sin el quizás. Pero, a pesar de ello, necesitaba hacerlo. Este hombre es el amor de mi infancia, por si alguien aún no lo sabía. Éste es el hombre que me ha hecho llorar las tardes de los sábados y domingos mientras pronunciaba magníficas y suaves palabras en élfico, el hombre que me hacía soñar en la playa de Haven, el hombre que me rescataba de morir ahorcada, el hombre que me enamoró en las Cruzadas, el de la cara de niño que me repartía leche todas las mañanas, el que moría en aquella taberna, el que caía de aquel helicóptero, el "abuelo" de aquella obra de teatro... Lloré cuando me regalaron su calendario traído de EEUU, cuando su cartón tamaño real dormía observándome, cuando aquellos posters de más de un metro empapelaban mis paredes. Lloré cuando me regalaron el anillo, la hoja, el arco, las flechas. Lloré cuando descubrí el cofre, sus postales. Y lloré aquel día, cuando casi sin imaginarlo, me vi delante de su traje. Ese traje. Su traje. Y volvería a llorar una y otra vez. Quizás ya no tengo la edad... Quizás, pero yo sigo sintiéndome una niña, sigo sonriendo cada vez que pongo una película suya. Cada vez que sus ojos delatan esa pasión de aquel joven inexperto. Y aún conservo en una carpeta abarrotada miles de recortes y, ésa... esa revista. Ocho años, quizás más. Ha resistido a mudanzas, a cambios de ciudades... a todo.

Háblale en élfico (LOTR), transpórtale a la época de los piratas (POTC), llévale a aquella playa (Haven), prepárale para el duro combate de la vida (The Calcium Kid), enséñale a luchar por unos ideales (Ned Kelly), haz que sea tu talón de Aquiles y cuéntale su historia (Troya) […] y, sobre todas las cosas, disfruta de esa maravillosa vida junto a él. Hoy estamos de celebración (In Celebration).

Y sí, soy una friki, pero estoy orgullosa de ello. Hoy es un día especial. Hoy, mi amor platónico ha sido papá. Y a mí... a mí se me va a caer la baba cada vez que lo vea con el pequeño en brazos.