miércoles, 14 de noviembre de 2012

Hoy me siento muy Descartes


[…] y donde he podido vivir tan solitario y oculto como en el desierto más lejano, entre la muchedumbre de un pueblo muy activo, más atento a sus asuntos propios que curioso de los de los demás […].

El discurso del método, René Descartes

martes, 2 de octubre de 2012

Alphaville.

Para las personas, los recuerdos son el combustible que les permite continuar viviendo. Y para el mantenimiento de la vida no importa que esos recuerdos valgan la pena o no. Son simple combustible. Anuncios de propaganda en un periódico, un libro de filosofía, una fotografía pornográfica o un fajo de billetes de diez mil yenes, si los echas al fuego, sólo son pedazos de papel. Mientras los va quemando, el fuego no piensa: "¡Oh, es Kant!", o "Esto es la edición vespertina del Yomiuri Shinbun", o ¡Buen par de tetas!". Para el fuego no son más que papelotes. Pues sucede lo mismo. Recuerdos importantes, otros que no lo son tanto, otros que no tienen ningún valor: todos, sin distinción, no son más que combustible. Y, ¿sabes? Si a mí me faltara ese combustible, si dentro de mí no hubiera esa especie de cajón de recuerdos, hace tiempo que, ¡cras!, me habría partido en dos. Y me habría muerto en cualquier rincón, tirada como un perro. Gracias a ese montón de recuerdos, valiosos o insignificantes según el momento, que van saliendo del cajón, puedo seguir viviendo, soy capaz de soportar esta pesadilla. Aunque a veces me diga a mí misma que ya no puedo más, los recuerdos me dan fuerza para seguir adelante. 

After Dark, Haruki Murakami

viernes, 24 de agosto de 2012

Help me find my way.


El dolor no basta siempre. Hay ocasiones en que un ser humano es capaz de resistir el dolor incluso hasta bordear la muerte. Pero para todos hay algo que no puede soportarse, algo tan inaguantable que ni siquiera se puede pensar en ello. No se trata de valor ni de cobardía. Si te estás cayendo desde una gran altura, no es cobardía que te agarres a una cuerda que encuentres a tu caída. Si subes a la superficie desde el fondo de un río, no es cobardía llenar de aire los pulmones. Es sólo un instinto que no puede ser desobedecido. [...] Para ti, lo más intolerable del mundo, constituye una presión que no puedes resistir aunque te esfuerces en ello. Por eso [...] te harán hacer lo que se te pide.


1984, George Orwell

lunes, 30 de julio de 2012

De cada mirada, por dios...


No tenía dudas. Simplemente, no sabía qué es lo que debía sentir. ¿Cuáles son los síntomas? Ella no tenía dudas sobre lo que estaban haciendo, pero sí muchas preguntas. Quién les iba a decir a ellos que aquellas caricias de aquel viaje se iban a volver a repetir. Repetir una y otra vez. Caricias sinceras que adquirieron otro significado, otro valor. Aquellas sonrisas volverían a repetirse de manera indeterminada. Ella nunca olvidará esa mirada de aquel día. Y, aunque él no lo sepa, nunca olvidará lo que sintió cuando puso su brazo alrededor de ella tras aquella jugada inoportuna. 

Y los días se sucedían. Y los instantes parecían querer quedarse en un bonito recuerdo. Él no estaba dispuesto a ello. Las sábanas los invitaban a vivir inolvidables horas de juegos, de amistad. No importaba el tiempo. No importaba la hora. No importaban los problemas. No importaba nada ni nadie. Sólo eran dos jóvenes adultos comportándose como adolescentes. Sólo eran dos disfrutando del instante. Quién les iba a decir a ellos que aquellas caricias de aquel viaje se iban a volver a repetir. Repetir una y otra vez. No importa, ni siquiera, de qué forma. Y qué importan los demás. Quítate la ropa. Así está bien, no dejes nada por hacer

No tenía dudas. Y los días se sucedían. Para qué ponerle nombre, para qué ponerle adjetivo. Ella sonreía en la distancia. Ahí estaba él para que ella lo sintiera desde su ventana. Y las incógnitas se iban despejando. Equis igual a i. Las matemáticas, ciencia exacta. Y aunque deba cavar en la tierra la tumba que sé que me espera, jamás me vio nadie llorar así. ¡Que termine un momento precioso y le suceda la vulgaridad! 

Quién se lo iba a decir. No importaba nada ni nadie. Y qué más dan los kilómetros que separan una orilla de la otra. La pequeña flor de loto siempre resurgirá del fondo, salvando las distancias. Y qué bonito es cuando lo consigue. Y qué maravilloso instante es aquel en el que el caudal del río disminuye en su justa medida, permitiendo que la vida continúe, pero de forma diferente. Las dos orillas ya están juntas. Estaciones más complicadas que otras, pero el río nunca se desbordará. Y qué bonito es. Nunca quise tanto a nadie en mi vida. Nunca a un ser extraño le llamé mi familia.

Qué más da si son únicamente unos personajes de libro. Qué más da si ellos existen o no. Qué más dan sus nombres, sus edades, sus aficiones.

... Qué importa quiénes sean, Equis igual a i.

domingo, 6 de mayo de 2012

Lying is the most fun a girl can have without taking her clothes off


Un alto. ¿Sabes cuando necesitas hacer un alto? Pues haz un alto. El blog te permite hacer un alto. Claro, la vida no te permite hacer un alto. Y deberías parar de repetir lo de alto. El otro día vi por la calle un chico alto. Bueno, basta. Da asco. Ver una y otra vez fotos perdidas no te va a aportar nada nuevo. Ver una y otra vez esas imágenes a lo único a lo que te lleva es a... Joder, qué emo era. Emo y delgada, hay que joderse. La virgen, qué bien disimula el negro. La nena quiere el pelo azul y llenarse de tatuajes. Total, qué sentido tiene nada. Rosa, amarillo, azul, verde y naranja. Y repetir. Pelo y subrayadores. Una y otra vez. Preciosos apuntes. Asquerosos de mierda. Como ciertas personas. Ah, perdón, que yo no soy así. Inserte aquí una sonrisa. Una sonrisa y una risa. Dios, qué hago yo con mi vida. Qué hago yo en esta carrera. Qué hago yo cagándola de semejante forma. No, mierda, espera, eso último es demasiado común. Común y personal. Acabo de hacer un chiste. El teléfono que suena todos los fines de semana con las mismas noticias. Echar de menos. Cualquier día. No, no hay que pensarlo. Gimnasio. De repente, en décimas de segundo, todo es oscuro. Todo es negro. Mierda, mierda, me desmayo. Pero sigue, puta, no pares de hacer ejercicio. Y tú no cambias. Mierda, he visto esa foto de aquella sorpresa que me diste. Bah, paso. No entender la ciudad. Cómo será el futuro. Espero que la enana no esté sufriendo. Eh, mami, es tu día.

PD: Quería una canción deprimente y me ha salido una canción muy de pu... Espera.

jueves, 26 de abril de 2012

Te diré lo que quiero, lo que quiero de verdad, parte I.


No sé en qué momento leerás todo esto, pero espero que entiendas todo lo que siento en estos momentos. Nervios. Tensión. Incertidumbre. Miedo no, pero sí respeto (Esto es un chiste. Ya lo entenderás). Ni siquiera puedo expresarlo. La posibilidad de poder vivir, por fin, la primera final europea. Quién sabe si conseguir verlos levantar el primer título. Ver surcar la Gabarra, no importa desde dónde. 

Diecinueve de abril de dos mil doce. Veinte horas y cinco minutos hora portuguesa. Ida de semifinal de la Europa League. Sin embargo, todo comienza un dieciocho de abril unos cientos de kilómetros más al norte de Lisboa. 

Lluvia, frío, viento. Clases, mochilas. Últimos detalles, últimos pensamientos. Es una locura. Bajar y subir, subir y bajar, sin parar. ¿Llaves? ¿Dinero? ¿Todo? Dios, no puede ser verdad. Correr, correr, correr. La estación no se va a mover, pero qué importa. Billete en mano y espera. Larga espera. Chica mojada, ya ni siquiera sabe en qué sentido, que no para de esbozar una sonrisa. De fondo, el tren al fin, ese sonido que tantas veces había oído sin escuchar. Un viaje que ahora ni siquiera recuerda. Está todo demasiado borroso. Pero todo llega y todo se acaba. Un pagafantas y un coche algo destartalado a las 18:10 en una horrible ciudad de algún lugar del mundo. Diluvio. Compras. Escaleras, escaleras, escaleras. Ahí están. Camiseta en sus  manos, camiseta sobre su cuerpo. Y no se lo puede creer. Sigue sin hacerlo. No, el ticket no era necesario. Muchas sonrisas. Su mundo encerrado en sus manos. Juguetes. Coches, espadas. Bebés. Piscinas, perros, comida. 

En marcha, gordo. La lluvia sigue cayendo. Música buena y bonita (vale, barata). Al otro lado del teléfono, incredulidad, miedo y alegría a partes iguales. Las estatuas borrosas. A veces, ni eso. Ya sabes. Primer helado del año. Brisa marina. Dos personas muy maduras que comen helado sentados en un banco, sin moverse, con servilletas sobre sus rodillas. Ya sabes. Hablan sobre filosofía, política, economía. Ni siquiera se bromea con un baño en el mar. Las personas eruditas no hacen eso. Ninguno de los dos se mancha. Luego, caminan en línea recta, sin sobresaltos, serios y correctos, unos metros. De la misma forma vuelven al coche, camino a casa. Son todo un ejemplo.

Se muere. Me muero. No está preparada. Joder, no estoy lista. Enséñame la patita por debajo de la puerta. Y un tierra trágame. Respira. Inspira. Y, tú, cabrón, no te rías. Decía su mente. La puerta de casa se abre. Señor Frodo, arroje el anillo. Pues igual. Todo va a pasar. Todo pasó. Pero entre sorda y gorda... Jo

Fútbol. Oh, disculpen, incluso los eruditos más eruditos, en ocasiones, desean reirse de la plebe. Comida rica. Las horas corren. Las horas duermen. Por qué. Nervios. Anda, mira, mamá, estoy entre dos hombres. Entre pijamas incómodos, chubascos, arañas y gente que arropa en la cama, a dormir. ¿Puedo decirlo? Estoy nerviosa.

Esta es la primera parte, pequeño. Perdón, sé que no te gusta que te llame así. Lo siento. Ya eres todo un hombre con esa cresta, esos tatuajes y esa ropa tan... yo. Necesito tiempo para pensar cómo explicarte lo que pasó a continuación. Por ahora sólo puedo decirte lo nerviosa que estoy por lo que puede suceder mañana. Por ahora sólo puedo adelantarte que... bueno, ya lo verás. Duerme bien. Mamá te quiere.

sábado, 14 de abril de 2012

Forgetting you, but not the time.


Pide un deseo y ponlo en tu corazón. Cualquier cosa que quieras. Todo lo que quieras. ¿Lo tienes? Bien. Ahora cree que se puede hacer realidad. Nunca sabes de dónde va a proceder el próximo milagro, el próximo recuerdo, la próxima sonrisa. El próximo deseo hecho realidad. Pero, si crees que está doblando la esquina y abres tu corazón y tu mente ante esa posibilidad, podrías conseguir lo que estabas deseando. El mundo está lleno de magia. Sólo tienes que creer en ella.

Empezamos por el final. Terminamos por el principio. No importa, el camino es el mismo. El laberinto de la vida, con su entrañable pared el destino, conduce por un estrecho camino. Las bifurcaciones son únicamente una ilusión. El principio espera al final. El desenlace casa con el inicio.

En mitad de la nada, una muchacha sin nombre observa y siente la lluvia caer sobre sus hombros. Parece que ha desaparecido sin dejar ningún rastro. ¿Y qué rastro va a dejar si nadie parece recordar su nombre? Ni siquiera ella lo hace. Éso en su mente. Sólo eso. Nada más. Todos los días parecen ser el día. Todos los momentos parecen ser los erróneos. Qué importa. No sabe nada. No sabe cómo es. No sabe cómo está.

Camina, volviendo la vista hacia atrás. No tiene infancia. Tampoco tiene presente. Quién sabe si habrá un futuro. Es el tema central de la serie. Es una de las preguntas del test que le hicieron. También es uno de los estudios de sus compañeros. Una palabra que parece estar en boca de todos. En boca de todos, menos en la suya. Su cerebro no consigue eliminar la enemistad con la insignificante parte del cuerpo. Ella lo intenta. Está aprendiendo a hablar. Vocabulario extenso, vocabulario necesario. Pero esa palabra es impronunciable. Y, si es inaudible, no existe. ¿No es eso lo que dicen?

Observa, mira. Piensa, calla. Ella no existe para ellos. Ellos tampoco para ella. Se engaña con palabras positivas, pero sabe que no los necesita. ¿Qué importa en lo que ella se refugie? Él no puede verla, no puede sentirla, no puede abrazarla. Ella, entre sábanas, sólo puede preguntarse qué habrá hecho con todo. Sólo puede recordarse una y una vez lo vivido. Aquel día que él emitía una sonrisa tranquilizadora salpicado de sangre mientras ella lloraba por él. Aquel comienzo y aquel final, mientras ella, una vez más, lloraba ante él. Era vulnerable. Sonrisa tranquilizadora. ¿Dónde estás ahora, eh? ¿Dónde está esa sonrisa? ¿Dónde están todas aquellas promesas?

Y esas palabras que no paran de recorrer nuestro cerebro, que incluso llegan a posarse sobre nuestra lengua, mueren con la abertura de nuestra boca, en la hiriente cama de nuestros labios.

Es la historia más vieja del mundo. Un día tienes diecisiete años y estás planeando lo que serás algún día. Y, entonces, de repente y sin que te des cuenta, algún día es hoy. Y luego algún día es ayer. Y ésta es tu vida.

martes, 27 de marzo de 2012

Y me abandono y abrazo a cualquier muchacho que, viril y correcto, salude con el brazo erecto II.

Mi nombre es Adam Susan. Yo soy el líder. Líder de lo perdido. Soberano de las ruinas. Soy un hombre como cualquier otro. Dirijo el país que amo en la selva que es el siglo veinte. Obro en la supervivencia, en el destino de la raza nórdica. Creo en el fascismo. Oh, sí, soy fascista. ¿Y qué? Fascismo es… Una palabra. Una palabra que perdió su sentido con la cháchara de los débiles y los traidores. Los romanos inventaron el fascismo. Un manojo de ramas atadas era su símbolo. Una rama puede romperse. Un manojo perdura. El fascismo… es la fuerza de la unidad. Creo en la unidad. Creo en la fuerza. Y si la fuerza, la unidad para alcanzar un objetivo, requiere uniformidad de pensamiento, palabra y obra, entonces que así sea. No quiero oir hablar de libertad. No quiero oir hablar de la libertad individual. Son lujos. Y yo no creo en los lujos. La guerra acabó con los lujos. La guerra acabó con la libertad. La única libertad que le resta a mi pueblo es la de pasar hambre. La libertad de morir, la libertad de vivir en el caso. ¿Debo permitir es esa libertad? No lo creo. No lo creo. ¿Merezco la libertad que a otros les niego? No. Permanezco dentro de mi jaula y no soy más que un sirviente. Yo, que soy amo de todo lo que veo. Veo desolación. Veo cenizas. Tengo tanto… Tengo tan poco… No soy amado, lo sé. Ni en cuerpo ni en alma. Nunca he conocido el suave susurro del cariño. Nunca he conocido la paz que se esconde entre los muslos de una mujer. Pero soy respetado. Soy temido. Y eso es suficiente. Porque yo amo. Yo, que no soy correspondido. Siento un amor mucho más profundo que los jadeos y convulsiones de la sucia copulación.

¿Hablo de mi amor? ¿Hablo de mi prometida? No tiene ojos para coquetear o prometer. Pero lo ve todo y comprende con una sabiduría que es divina en su equilibrio. Permanezco a las puertas de su intelecto y me ciega la luz que emana. Qué tonto debo parecerle… Qué infantil y obtuso. Su alma es pura, libre de las trampas y ambigüedades de la emoción. No odia. No anhela. No conoce la alegría o el dolor. La adoro, aunque sé que no la merezco. Atesoro la pureza de su desdén. No me respeta. No me teme. Ella no me ama. Los que no la conocen piensan que es fría y dura. Piensan que no tiene vida y no siente pasión. No la conocen. Ella no los ha tocado. Ella me toca, y soy tocado por dios, por el destino. Todo lo que existe pasa por ella. La adoro. Soy su esclavo. No existe libertad más dulce.

Mi amor, permaneceré siempre a tu lado, pasaré mi vida dentro de ti. Esperaré siempre a que seas tú la que hable y nunca te pediré una pizca de afecto. Destino… Destino… Te amo.


V for Vendetta

lunes, 12 de marzo de 2012

Y me abandono y abrazo a cualquier muchacho que, viril y correcto, salude con el brazo erecto.


Hola, querida dama. Hermosa noche, ¿no le parece? Perdone mi intrusión. Tal vez le apetecía dar un paseo. Tal vez sólo disfrutaba del paisaje. No importa. Creo que usted y yo deberíamos tener una pequeña charla. Ah, olvidaba que no hemos sido debidamente presentados. Yo no tengo nombre. Me puede llamar V.

Señora Justicia, le presento a V. V, le presento a la señora Justicia.

Encantado, señora Justicia.

"Buenas noches, V"

Bien, ahora ya nos conocemos. De hecho, he sido fan suyo durante mucho tiempo. Oh, ya sé lo que piensa... "Pobre chico. Se ha enamorado de mí... como un adolescente" Disculpe, señora. No es nada de eso. La he admirado durante mucho tiempo... Aunque sólo a distancia. La observaba desde las calles de allí abajo cuando era un niño. Yo le decía a mi padre: "¿Quién es esa señora" Y él contestaba: "Es la señora Justicia" Y entonces yo decía: "¡Qué bonita es!" Por favor, no piense que era sólo algo físico. Sé que no es esa clase de chica. No, yo la quería como persona, como un ideal. De eso hace ya mucho tiempo. Me temo que ahora hay otra....

"¿QUÉ? ¡V! ¡Qué vergüenza! ¡Me has traicionado por una pícara vanidosa y llorona de labios pintados y sonrisa viciosa!"

¿Yo, señora? ¡Permíteme que discrepe! ¡Fue su infidelidad la que me lanzó a sus brazos! ¡JA-JA! ¿Eso la ha sorprendido, no? Pensaba que no conocía su pequeño escarceo, pero no. ¡Lo sé todo! La verdad, no me sorprendió en absoluto saber que le gustaban los hombres de uniforme.

"¿Uniforme? ¿Por qué? No sé de qué estás hablando. V, tú siempre has sido único para mí"

¡MENTIROSA! ¡ZORRA! ¡PUTA! ¡Niega ahora que te liaste con él, con el del brazalete y las botas de militares! ¿Y bien? ¿No dices nada? Ya me lo parecía. Muy bien. Al fin te has desenmascarado. Ya no eres mi justicia. Ahora eres su justicia. Te has acostado con otro. Bien, es un juego para dos.

"¡Me ahogo! ¿Quién es ella, V? ¿Cómo se llama?"

Se llama Anarquía. ¡Y me ha enseñado que es mejor amante de lo que tú jamás fuiste! Me ha enseñado que la justicia carece de sentido sin libertad. Es honesta. No rompe promesas como tú, Jezabel. Solía preguntarme por qué nunca me mirabas a los ojos. Ahora ya lo sé. Así que adiós, querida dama. Incluso ahora me entristecería nuestra separación, si no fuera por ya no eres la mujer que una vez amé. Las llamas de la libertad. Qué hermoso. Ah, mi preciada Anarquía.


V for Vendetta

domingo, 26 de febrero de 2012

Carry on my wayward son.


Supernatural. Esa serie de la 2 que en la televisión de aquella perfecta habitación de Vitoria se dejaba ver de vez en cuando. No demasiados minutos, la verdad. Aquella niña no conseguía seguir el hilo argumental. "Algún día veré esta serie". Pobre niña, estaba vendiendo su alma. Pobre niña, no sabía lo mucho que una simple serie iba a marcarla.

Dos hermanos, unos padres que los amaban (joven madre y, bueno, luego tenemos al padre...), una segunda figura paterna y un ángel, la voz de la conciencia. Tenemos a Lucifer, tenemos criaturas, tenemos... Irónico.

Dean y Sam. El hermano mayor cuidando del pequeño desde que tiene uso de razón. El hermano mayor que da la vida por el pequeño. No le importa lo que piensen los demás. Nada le hiere, nada le duele. Sarcástico, irónico, gracioso. Nada formal, nada estable. Pero, en el fondo, su corazón resentido. La autodestrucción confundida con el egoísmo, el pasotismo, el odio. ¿Y qué más da la vida si puede cuidar de su bebé, su Impala del 67, y disfrutar del viejo rock? Alejemos a las personas, Dean. Mejor que sufran un pequeño tiempo por nuestra fingida indiferencia a hacerles daño con nuestros actos. Vamos, Dean. Nada nos molesta, nada nos hace daño, nada nos duele. Nada nos importa. No lloramos, no sentimos. Venga Dean, estamos solos. Pero no nos importa. ¿Verdad? Porque nos lo han dicho. Nos lo han advertido. Inside, we are already dead, Dean.

Carry on my wayward son. There'll be peace when you are done. Lay your weary head to rest. Don't you cry no more.

martes, 7 de febrero de 2012

Va de universos paralelos.


Hoy me he levantado con las sábanas llenas de lágrimas. Lágrimas cargadas de sentimientos, de emociones. Lágrimas que se mantienen secas a lo largo del rostro. La pantalla del despertador ha reflejado unas ojeras incipientes. Demasiado. El descanso sigue sin querer hacer aparición. Entonces, y sólo entonces, he recordado su pregunta del otro día: "Oye, ¿estás bien?". Me eché a llorar al escuchar esas palabras. Nada por aquí, nada por allá. Sí, hay mucha gente, muchísima gente, cantidad infinita de gente alrededor. Pero, a la par, no hay nadie. "Hey, ¿pero estás mal o algo?" Recordar algo así como "si no te quiere ni tu propio 'inserte aquí palabra', ¿cómo te va a querer alguien?" Razón. Jodida razón. Apretar los puños y reprimir, es la clave. Claro que estoy bien. ¿No lo ves? El otro día, alguien me dijo que, en un universo paralelo, las lágrimas, la falta de sueño y esos pensamientos sólo significan tristeza y depresión. Es irónico, porque estoy bien.

- En esta alejada cama.

sábado, 4 de febrero de 2012

You make me laugh but it's not funny.


- No me conoces. Eso me gusta.
- No, no es verdad.
- Ah, ¿no?
- No. Tienes el pelo rubio y te llega por aquí, fumas donde te lo prohíben, a veces muerdes...
- Ah, ¿sí? Tú te subes a la acera con el coche, te criaron unos animales... A veces pareces muy solo, como si acabaras de llegar.
- ¿Lo ves? No me conoces. Entra en tu vida alguien llamativo y te enamoras sin más ni más.

domingo, 22 de enero de 2012

Veintidós.


Cuatro años. Cuatro años y sigue pareciendo ayer. Cuatro años y sigue pareciendo mentira. Cuatro años y las lágrimas siguen recorriendo su rostro. Su vida era un camino hacia la nada. Su vida no tenía demasiado sentido. Se refugió en él. Pero él decidió marcharse, dejándola sola, dejándola atrás. Lo sigue teniendo presente. Día tras día, él clava su profunda mirada en la joven, dándole los buenos días, incitándola a seguir el camino que él no pudo recorrer. Y ella no puede mas que sonreir. Why so serious?