jueves, 22 de julio de 2010

Tristán e Isolda.


- Sabes que te quiero, Tristán. Vayas donde vayas, veas lo que veas, siempre estaré contigo.
- Tenías razón. No sé si la vida es más grande que la muerte, pero el amor fue mejor que ambas.


En tus ojos mi rostro, en los míos el tuyo. En los rostros descansan los corazones fieles. ¿Dónde podríamos encontrar dos mejores hemisferios sin un norte definido, sin un occidente declinante? Aquello que muere no estaba mezclado con igualdad. Si nuestros corazones son uno o nuestro amor semejante, ninguno desfallecerá, ninguno morirá.

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